Los medios de comunicación afirman que en el año 2008 Nokia fue chantajeada por los hackers que habían obtenido la clave de cifrado que fue un elemento sumamente importante de la plataforma Symbian. Para abstenerse de revelar esa clave en la red los chantajistas exigieron millones de euros y la compañía fue obligada a pagar esa cuota. Caso contrario, cada desarrollador hubiera podido crear código para Symbian. No solamente aplicaciones útiles, sino también malware. Por tanto, millones de dispositivos vendidos hubiesen sido inútiles por no poder distinguir el software legal.