La investigación periodística sacó a la luz que la inteligencia británica espía a sus ciudadanos en Facebook y Google, registrando todo lo que las personas escriben y colocan. De acuerdo a la ley británica, la inteligencia necesita un permiso para vigilar las comunicaciones de sus ciudadanos que se encuentren en el país, pero tal permiso puede ser emitido solamente cuando exista una sospecha que la persona viola la ley. Sin embargo, en el caso del monitoreo de la comunicacion externa, pues los mensajes enviados y recibidos desde fuera del Reino Unido, se exige solo una orden judicial ordinaria. La inteligencia utiliza el hecho que los servidores de Google y Facebook se ubican en otro país.